domingo, 3 de abril de 2016

TENER ANOREXIA NO SIGNIFICA NO COMER



La anorexia nerviosa se define como un trastorno psicosomático grave, enmarcado dentro de los trastornos de la conducta alimentaria, en el cual el paciente se niega a mantener un peso igual o por encima del valor mínimo considerado “normal” teniendo en cuenta factores como edad y talla. Alguna de la sintomatología a destacar son el miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, negación del peligro, amenorrea, trastornos digestivos, hipotensión, carencia de sensación de hambre, sequedad en la piel, etc. Esta excesiva bajada de peso se logra  a través de medios extremos tales como ejercicio compulsivo, restricción de los alimentos consumidos y/o conductas purgativas que conducen a una malnutrición progresiva y rasgos psicopatológicos peculiares.
En España hay varios estudios que revelan que la anorexia nerviosa suele ser el trastorno de la conducta más usual y que además afecta mayoritariamente a mujeres y adolescentes.

Respecto al entorno específico que se desarrolla la anorexia nerviosa en particular y la mayoría de los trastornos de las conductas alimentarias en general se relacionan con factores socioculturales concretos, en donde la idea de perfección está cada vez  más presente. Lo que somete a la juventud a una enorme presión

Hay círculos influyentes en este trastorno, se reconoce al círculo de apoyo inmediato como la familia y los amigos y al círculo mediato,  los medios de comunicación como factores para la aparición de la enfermedad dado que imparten el deber ser en términos corporales. Ambos círculos  pueden actuar como protectores o desencadenantes de la anorexia en la medida que estén implicados.

 Es decir, el entorno familiar, los amigos/as, el entorno social y lo "socialmente aceptado" junto con la influencia de los medios de comunicación tienen una fuerte repercusión en los Trastornos de la conducta alimentaria.

La cultura de la delgadez afecta sobre todo a las jóvenes, aunque no es una exclusividad de éstas. La existencia y prevalencia de un modelo estético o ideal de belleza también es consecuencia de las presiones del grupo en las que habitualmente se encuentran los y las jóvenes. Así, la persona que sigue el “modelo ideal” parece autovalorarse positivamente y quien no lo sigue sufre y padece las consecuencias de la baja autoestima.

En la trasmisión de los modelos estéticos juega un papel importantísimo los medios de comunicación. Si nos preguntamos cómo se generan y se transmiten los modelos estéticos, inmediatamente tenemos que pensar en los medios de comunicación.  Ya en los años ochenta se demostró que en las revistas, destinadas al sector femenino, uno de cuatro anuncios invitaba a perder peso. Estos mensajes suelen ir encaminados a un público joven de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años, una edad proclive y en riesgo para iniciar un trastorno de alimentación.
Sin olvidar que se suele asociar la delgadez con felicidad y éxito. Lo que favorece aún más la influencia del cuerpo perfecto, y la delgadez entre las/los jóvenes.

Las personas que sufren estos trastornos, últimamente tan comunes, no se sienten  suficientes, creen que su físico es una barrera para el resto de la sociedad, lo que les lleva a llorar ante la comida puesto que la comida "es la culpable de su problema físico y falta de éxito social"...

LOS CUERPOS PERFECTOS NO EXISTEN,
EXISTEN CUERPOS REALES.

Y EL ÉXITO SURGE DESPUÉS DE HORAS DE TRABAJO DURO, NO DEJANDO DE COMER O PASANDO HORAS EN EL BAÑO TIRANDO LA COMIDA...

¡QUIÉRETE, CUÍDATE, VALÓRATE A DIARIO!

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