La anorexia nerviosa se define como un trastorno
psicosomático grave, enmarcado dentro de los trastornos de la conducta
alimentaria, en el cual el paciente se niega a mantener un peso igual o por
encima del valor mínimo considerado “normal” teniendo en cuenta factores como
edad y talla. Alguna de la sintomatología a destacar son el miedo intenso a
ganar peso o a convertirse en obeso, negación del peligro, amenorrea,
trastornos digestivos, hipotensión, carencia de sensación de hambre, sequedad
en la piel, etc. Esta excesiva bajada de peso se logra a través de medios extremos tales como
ejercicio compulsivo, restricción de los alimentos consumidos y/o conductas
purgativas que conducen a una malnutrición progresiva y rasgos psicopatológicos
peculiares.
En España hay varios estudios que revelan que la anorexia nerviosa suele
ser el trastorno de la conducta más usual y que además afecta mayoritariamente
a mujeres y adolescentes.
Respecto
al entorno específico que se desarrolla la anorexia nerviosa en particular y la
mayoría de los trastornos de las conductas alimentarias en general se
relacionan con factores socioculturales concretos, en donde la idea de
perfección está cada vez más presente.
Lo que somete a la juventud a una enorme presión
Hay círculos influyentes en este trastorno, se reconoce al círculo de apoyo inmediato como la familia y los
amigos y al círculo mediato, los medios de comunicación como
factores para la aparición de la enfermedad dado que imparten el deber ser en
términos corporales. Ambos círculos
pueden actuar como protectores o desencadenantes de la anorexia en la
medida que estén implicados.
Es decir, el entorno familiar, los amigos/as, el entorno social y lo "socialmente aceptado" junto con la influencia de los medios de comunicación tienen una fuerte repercusión en los Trastornos de la conducta alimentaria.
La cultura de la delgadez afecta sobre todo a las jóvenes,
aunque no es una exclusividad de éstas. La existencia y
prevalencia de un modelo estético o ideal de belleza también es consecuencia de
las presiones del grupo en las que habitualmente se encuentran los y las
jóvenes. Así, la persona que sigue el “modelo ideal” parece autovalorarse
positivamente y quien no lo sigue sufre y padece las consecuencias de la baja
autoestima.
En la trasmisión de los modelos estéticos juega un papel
importantísimo los medios de comunicación. Si nos preguntamos cómo se generan y
se transmiten los modelos estéticos, inmediatamente tenemos que pensar en los
medios de comunicación. Ya en los años
ochenta se demostró que en las revistas, destinadas al sector femenino, uno de
cuatro anuncios invitaba a perder peso. Estos mensajes
suelen ir encaminados a un público joven de edades comprendidas entre los 15 y
los 24 años, una edad proclive y en riesgo para iniciar un trastorno de
alimentación.
Sin olvidar que se suele asociar la delgadez con felicidad y
éxito. Lo que favorece aún más la influencia del cuerpo perfecto, y la delgadez
entre las/los jóvenes.
Las personas que sufren estos trastornos, últimamente tan comunes, no se sienten suficientes, creen que su físico es una barrera para el resto de la sociedad, lo que les lleva a llorar ante la comida puesto que la comida "es la culpable de su problema físico y falta de éxito social"...
LOS CUERPOS PERFECTOS NO EXISTEN,
EXISTEN CUERPOS REALES.
Y EL ÉXITO SURGE DESPUÉS DE HORAS DE TRABAJO DURO, NO DEJANDO DE COMER O PASANDO HORAS EN EL BAÑO TIRANDO LA COMIDA...
¡QUIÉRETE, CUÍDATE, VALÓRATE A DIARIO!
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